No se olvidan: así recibió la gente de Banfield a Agustín Marchesin

El fútbol argentino es un terreno donde las rivalidades están a flor de piel y los hinchas no suelen olvidar el pasado de los jugadores. Esto quedó más que claro en el partido entre Banfield y Boca Juniors, donde Agustín Marchesín fue recibido con una fuerte silbatina por parte del público local debido a su pasado en Lanús, el eterno rival del Taladro.

El arquero, que actualmente defiende el arco de Boca, vivió un tenso regreso al Estadio Florencio Sola, donde la hinchada de Banfield no le perdonó su identificación con el Granate. Desde su salida al campo de juego, la hostilidad fue notoria, con abucheos y silbidos que se hicieron sentir en cada intervención suya con el balón.

Una rivalidad histórica y un jugador marcado

Para entender la reacción de la gente de Banfield hay que remontarse a la histórica rivalidad con Lanús, que se extiende desde hace décadas. Ambos equipos del Sur del Gran Buenos Aires protagonizan uno de los clásicos más intensos del fútbol argentino, con una enemistad que ha crecido con el tiempo.

En este contexto, los jugadores que han sido símbolos en alguno de los dos clubes cargan con ese peso cada vez que pisan el territorio del rival. Marchesín no fue la excepción. El arquero se formó en Lanús y defendió su arco entre 2010 y 2015, convirtiéndose en una pieza clave del equipo que logró consagrarse en la Copa Sudamericana 2013, torneo en el que fue una de las grandes figuras.

Su identificación con Lanús hizo que la gente de Banfield lo tenga presente como uno de los futbolistas más representativos del rival en la última década. Por este motivo, cada vez que pisa el Florencio Sola, recibe un clima hostil, algo que se repitió en este partido ante Boca.

El recibimiento hostil en el Florencio Sola

Desde que Marchesín apareció en la cancha, los silbidos y abucheos bajaron desde las tribunas. Fue un claro mensaje de los hinchas de Banfield, que no querían perder la oportunidad de recordarle su pasado en Lanús.

Cada vez que tocó la pelota, el murmullo crecía y los insultos se hicieron parte del ambiente. No es la primera vez que la gente del Taladro expresa su enojo con un exjugador del Granate, ya que las rivalidades en el fútbol argentino suelen trascender los años y las camisetas.

Sin embargo, Marchesín demostró su profesionalismo y no se dejó afectar por el contexto adverso. Con una actitud serena, se concentró en su labor dentro del campo de juego y evitó cualquier tipo de reacción que pudiera alimentar la hostilidad del público local.

Marchesín y su presente en Boca

El arquero llegó a Boca Juniors en enero de 2025, con el objetivo de aportar su experiencia y pelear por la titularidad en un puesto que aún no tiene un dueño fijo en el equipo de Fernando Gago. A lo largo de su carrera, Marchesín ha demostrado ser un arquero de jerarquía, con un recorrido que incluye pasos por equipos como América de México, Porto de Portugal y Celta de Vigo en España.

En Boca, busca consolidarse como una pieza clave y este tipo de partidos, donde la presión del público es un factor determinante, son pruebas de fuego para demostrar su carácter y templanza.

El peso de las rivalidades en el fútbol argentino

Lo sucedido con Marchesín es solo un ejemplo más de cómo las rivalidades en el fútbol argentino van mucho más allá de los 90 minutos de un partido. Los hinchas no olvidan el pasado de los jugadores y cada oportunidad es utilizada para hacerles sentir el peso de la historia.

Este tipo de situaciones se han dado en múltiples ocasiones con jugadores que, tras haber sido símbolos en un club, terminan vistiendo otra camiseta y visitando estadios donde no son bienvenidos.

A pesar de los silbidos y el ambiente hostil, Marchesín supo mantenerse firme y demostrar que la experiencia adquirida en su carrera le permite manejar este tipo de momentos sin problemas. Su profesionalismo quedó en evidencia y, aunque el público de Banfield intentó desestabilizarlo, él cumplió con su labor sin inmutarse.

El fútbol argentino vive de estas historias y rivalidades, que hacen que cada partido tenga un condimento especial. Y en este caso, la gente de Banfield dejó en claro que, aunque pasen los años, no perdonará a Marchesín su pasado en Lanús.