Liga Profesional

Humilló a River, padeció al Boca de Riquelme y ahora elogió a la Bombonera

El futbolista argentino que se rindió a los pies del estadio del Xeneize.

Por Ramiro Diaz

Hinchada de Boca y Riquelme durante su etapa de jugador

La Copa Libertadores del 2001 fue histórica porque un equipo mexicano estuvo a nada de quedarse con el título pero fue vencido en la final contra Boca Juniors. Hablamos de Cruz Azul que en octavos de final eliminó nada más ni nada menos que a River Plate con un 3-0 en el global.

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Sebastián Buenaventura, periodista de Bolavip, estuvo hablando mano a mano con Héctor Adomaitis, jugador argentino que jugaba en el equipo mexicano en ese entonces y que recordó aquella final frente al Xeneize en la competición continental.

En primer lugar dijo que no pudo volver a ver ese encuentro que fue histórico y que se definió en los penales porque el global había terminado 1-1: “Uuuh, tan cerquita y tan lejos. Yo NUNCA volví a ver ese partido, pero me quedó la sensación de que esto nunca se iba a volver a repetir. Fue irrepetible. Fijate si otro equipo llegó a la final después de la Libertadores… La sensación de Boca, por más que tenía el atenuante de La Bombonera y demás, hicimos un gran partido”.

Luego, contó cómo se sentía el equipo en ese momento: “Físicamente estábamos mejor que Boca, dos cambios frescos (uno fue él) y no dejábamos que pasen. Boca estaba mal pero aguantó y pudo llegar a los penales. Boca venía ganando siempre desde esa vía en todas las competencias, ahí con (Carlos) Bianchi“. Y agregó: “No es una lotería como todos dicen, es la capacidad del jugador que patea, las emociones. Ahí vos tenías a una de las hinchadas más importantes del mundo como la de Boca. Ahí se patearon los penales, hay que estar en esos zapatos, la caminata, lo que se te pasa por la cabeza…es un tema“.

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El elogió de Adomaitis a la cancha de Boca

El Ruso reveló que se siente jugar en el estadio del Xeneize y esto fue lo que dijo: “Le querés hablar a tu compañero que está a 15 metros y no te escucha. Hay maneras de comunicarse con gestos y nos entendíamos, pero es como que tenés un zumbido permanente en el oído. Te da esa sensación de que todo se mueve, de que hay un movimiento, eso se percibe“, recordó. Luego, enfatizó sobre el rol que esto cumple en líneas generales: “Esto ayuda mucho a los equipos. Su gente cuando empieza a alentar, a empujar al equipo es importante“, cerró.

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