Llegó a Boca para reemplazar a Ibarra, no rindió y se retiró a los 28 años

El famoso ‘Mundo Boca’ no es nada fácil. La presión por ganar, todos los focos puestos encima y la exposición mediática no son para cualquiera. Mucho más complicado es para alguien que arriba desde otro país, con otras culturas y costumbres, o bien cuando es joven y recién empieza a dar sus primeros pasos en el fútbol. 

Todos esos ítems al mismo tiempos cumplía Adrián Gunino cuando llegó a Boca Juniors en 2009. Llegó al Xeneize a préstamo desde Danubio de Uruguay con mucha proyección, y con la idea de la dirigencia de que con el correr del tiempo pueda ocupar en la banda derecha de la defensa que dejaría Hugo Ibarra, el actual entrenador del club que en ese momento jugaba sus últimos partidos.

Más noticias del fútbol argentino:

Los hinchas de River se hartaron de un futbolista que llegó como refuerzo top

El 'nuevo Riquelme' que no fue y hoy juega en una liga de segundo orden

La única aparición oficial del uruguayo con la azul y oro se dio el 3 de septiembre de 2009, cuando en La Bombonera el local empató 1-1 ante Newell's, con goles de Lucas Viatri y Leonel Vangioni. No tuvo más lugar en Boca y debió irse, pasando por equipos como Toulouse, Peñarol, Almería, Córdoba y Fénix, en donde alternaría buenas y malas.

Sorpresivamente colgó sus botines a los 28 años, y en una nota con un medio uruguayo reveló hace un tiempo: ‘A los 28 terminé mi carrera por un cúmulo de cosas. Terminó mi contrato con Fénix, esperé seis meses y no surgió nada. Los manejos empresariales y dirigenciales me agotaron’, agregó el exdefensor, que ahora se dedica a otra cosa.

El inédito oficio de Gunino en la actualidad

Lejos del fútbol, debió buscar trabajo en otro ámbito. ‘Ahora soy camillero de ambulancia. Al jugador de fútbol al momento de salir a buscar trabajo le cuesta, mi currículum era de una hoja’, contó en Último al Arco (Sport 890 de su país) en 2020.