Por Andres Fuentes
Ayer Boca Juniors tuvo un partido redondo: Fue superior a Godoy Cruz en Mendoza, le ganó tres puntos de oro y volvió a subirse a la punta del campeonato. Con inteligencia, redujo a un rival siempre complicado en su propia casa y mostró mucha personalidad, en un marco totalmente desfavorable debido a la cantidad de bajas.
Tal es así que Hugo Ibarra, entrenador del Xeneize, tuvo más que un dolor de cabeza en relación a alienar el equipo, ya que entre lesionados y jugadores citados a su selección nacional por la fecha FIFA tuvo diez bajas. En ese sentido, a la cancha salieron futbolistas no suelen tener tantos minutos porque hasta ese momento eran muy relegados.
¿Otro lesionado? El motivo por el que Hugo Ibarra sustituyó a Luca Langoni
Furor por el rol que ocupó Marcos Rojo, quien no jugó por estar entre algodones
Sin embargo y para sorpresa de varios, todos ellos tuvieron un nivel más que aceptable y demostraron estar a la altura de las circunstancias. Jugadores como Marcelo Weigandt, Gabriel Aranda o Agustín Sandez se ganaron el respeto de Ibarra, al igual que el resistido Óscar Romero que venía siendo muy criticado por la afición.
Faltando poco más de diez minutos para el cierre del partido, Ibarra mandó a la cancha a Gonzalo Morales, el goleador de la reserva de Boca. Ante la baja de Darío Benedetto y el flojo nivel de Nicolás Orsini, el DT confió en el pibe y le dio sus primeros minutos. Ya lo había tenido bajo su mando cuando dirigía las inferiores, sitio en donde todavía se destaca a fuera de goles.
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