Estuvo en River con Falcao, pasó por Inter y se retiró para jugar al básquet

La primera década del siglo XX fue dominada abrumadoramente por Boca Juniors. El equipo de La Ribera fue comandado en gran parte por el histórico Carlos Bianchi, y logró levantar la Copa Libertadores en cuatro ocasiones: 2000, 2001, 2003 y 2007. Además, también perdió la final de la edición 2004 ante Once Caldas, algo que hasta el día de la fecha resulta increíble.

Por su parte, River Plate se imponía en los torneos domésticos, pero en el plano internacional le costaba plasmar su poderío, algo que logró realizar años más tarde de la mano de Marcelo Gallardo en su etapa de jugador. Pero para contar parte de esta historia hay que retrotraernos hasta su época de futbolista, cuando el muñeco atravesaba su segunda etapa en el elenco de Núñez.

Más noticias del fútbol argentino:

Es delantero, jugó en la Selección Argentina y River tratará de ficharlo

Mientras que con Gallardo era indiscutido, lo que vive Julián Álvarez en el City

Corría el año 2007 y las esperanzas estaban renovadas en su comienzo. El por entonces entrenador del club Daniel Passarella tenía un verdadero Dream Team, ya que contaba con nombres del calibre del propio Gallardo, Ariel Ortega, Radamel Falcao García, Gonzalo Higuain, Mateo Musacchio y Leonardo Ponzio entre otros; pero las cosas no salieron del todo bien nuevamente y tuvo que soportar una vez más como el rival de toda la vida alzaba otra Copa Libertadores.

Pero además de esos jugadores impresionantes, había otros que eran más que nada apuestas, como lo fue Sixto Peralta. El volante con vocación ofensiva se había destacado en Huracán, Racing y hasta un paso fugaz por el Inter de Italia. Sin embargo, le fue realmente mal y lo consideran uno de los peores fichajes de la historia del club. Poco después, colgó los botines para dedicarse al básquet, algo que llamó enormemente la atención.

¿Qué fue de la vida de Sixto Peralta?

Tras dejar River con apenas un puñado de partidos encima, tuvo pasos por CFR Cluj de Rumania, en donde le fue aceptablemente bien y eso despertó el interés de la Universidad Católica, uno de los clubes más grandes de Chile. Pero la historia se repetiría y le fue realmente mal. Durante 2013 y 2014, se aventuró a jugar al básquetbol semiprofesional, pero luego cambió de rubro nuevamente.