Ante Platense, Racing jugó su peor partido de la era Costas por esta razón

Racing Club llegó a los 14 puntos en el Grupo B de la Copa de la Liga Profesional luego de empatar sin goles con Platense. La Academia fue al Estadio Ciudad de Vicente López para intentar seguir estirando la confianza en el equipo luego de lo que fue el triunfo ante Independiente en la fecha de los clásicos. Sin embargo, el cuadro dirigido por Gustavo Costas no pudo pasar del empate sin goles con el Calamar, cuya dupla técnica acababa de asumir en el cargo.

TE PUEDE INTERESAR:

• La increíble confesión de Costas sobre las decisiones de Juanfer Quintero en Racing

Luego del empate en un partido sin emociones, Costas consideró que el resultado había sido acorde a lo que había marcado el desarrollo del encuentro. "El empate fue justo. Fue un partido muy duro. No hicimos mucho daño. No hay que poner excusas. Nos costó", aseguró el entrenador en conferencia de prensa. Apostá en Betsson a los partidos de las mejores ligas internacionales y duplica tu saldo hasta 50.000 pesos en tu primer depósito.

La Academia no colmó las expectativas en el partido contra Platense. Luego del golpe de autoridad dado ante Independiente en el clásico se esperaba que Racing siguiera por la senda victoriosa, pero el bajo nivel demostrado en Vicente López lo dejaron solo con un punto. El partido fue ante un rival de menor nivel, pero eso no se pudo traducir en la cancha y en el resultado.

TE PUEDE INTERESAR:

• Tras el triunfo ante Independiente, Racing reveló su gran debilidad vs Platense

Lo que demuestra que fue el peor partido de la era Costas

El partido entre Platense y Racing fue poco entretenido. La jugada más clara de todo el partido fue una definición de Adrián Martínez donde la pelota pasó muy cerca de un palo. La razón que permite asegurar que el empate contra el Calamar fue el peor partido de Racing en la era Gustavo Costas es que no hubo remates al arco. Ninguno de los intentos de la Academia tenía destino de gol, ya que no le acertaron al arco. A Platense le sucedió lo mismo, lo que demuestra lo aburrido que fue el encuentro.