De ser campeón con Carlos Bianchi en Boca Juniors y llevado a la Selección Argentina a que una lesión arruine su carrera y retirarse a los 29 años

Carlos Bianchi es, para muchos, el mejor director técnico de la historia del fútbol argentino por detrás de Carlos Salvador Bilardo, tanto por sus numerosísimos éxitos en Boca Juniors como por hacer lo propio en Vélez Sarsfield, llevando, por ejemplo, a ambos clubes a ser campeones del mundo.

Particularmente en Boca, Bianchi es considerado un Dios por haberle devuelto al Xeneize el prestigio internacional que había perdido luego de sus consagraciones continentales de fines de la década del 70, de la mano de Jorge Lorenzo, Hugo Gatti y Silvio Marzonlini, entre otros.

Uno de los grandes logros de Bianchi en Boca, más allá de todos los títulos, es el hecho de haber construido un equipo sólido y que perduró en el tiempo teniendo en sus grandes exponentes a varios jugadores surgidos de las inferiores de la institución de La Ribera, como Sebastián Battaglia, Anibal Matellán, Clemente Rodríguez y Nicolás Burdisso, entre otros. 

Un caso fallido

Sergio Adrián Guillermo en Boca (der.) y la Selección (izq.).

De esta manera, hubo un caso de un juvenil que fue promovido por Bianchi a la primera de Boca en su primera etapa y que parecía destinado a la grandeza, a tal punto que fue llevado por José Pékerman a la Selección Argentina sub-20 en la previa del Mundial de la categoría de 1999.

Sin embargo, pese a mostrar muy buenas cualidades cuando le tocaba entrar en Boca, un mal tratamiento para con una lesión que tuvo en su rodilla que se especuló que se había originado en partidos informales, lo que hizo que Bianchi no lo llevara ni al banco de suplentes por tener demasiada exposición.

Tal marginación generó que Escobillón se marchara a la tercera división de España, donde duró muy poco. Luego, recaló en Estudiantes de La Plata, Bolivia, México, Paraguay y finalmente se retiró a los 29 años en el ascenso de Argentina, todavía teniendo, según él, mucho dolor en su rodilla.