La rivalidad futbolística entre Lionel Messi y Cristiano Ronaldo fue sin dudas el gran atractivo del siglo XXI. Ya sea por enfrentamientos directos, disputa por el Balón de Oro o ganar una competencia, el argentino y el portugués han pujado durante casi 20 años, aunque fuera del campo de juego siempre demostraron respeto y admiración por el otro. En ese marco, durante 2009 se dio la primer final entre los dos y tuvo al rosarino como ganador.
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Esto se puede tomar como una especie de revancha, ya que en la Champions League del 2008 el conjunto que dirigía Alex Ferguson eliminó al Culé, que ya tenía a un Leo como principal figura. Ahora, estos dos clubes se medían en la mítica ciudad de Roma, en donde la historia se estaba escribiendo en las páginas doradas del fútbol: Fue el primer gran equipo de Josep Guardiola, quien cambió por completo la fisionomía blaugrana.
Las alineaciones denotan la enorme calidad que había de los dos lados: Manchester United salió con Van der Sar; O'Shea, Ferdinand, Vidic y Evra; Anderson. Carrick y Giggs; Park Ji Sung, Rooney y Cristiano Ronaldo (en el banco esperaba su chance Carlos Tévez). Por su parte, el Barcelona formó con Valdés, Puyol, Touré, Piqué y Sylvinho; Busquets, Xavi e Iniesta; Messi, Henry y Eto'o.
El dominio del Culé fue total: Una exhibición de fútbol pocas veces vista en una final de Champions League, en donde no precisamente debe haber una goleada de por medio para demostrar supremacía. El United era el vigente campeón y se vio sorprendido cuando el camerunés adelantó al Barca, tras una asistencia de Iniesta. Pero la frutilla del postre llegaría tiempo después: Tras un centro elevado de Xavi, Messi voló como nunca y ¡de cabeza! venció a Van der Sar.
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El argentino y el luso se han enfrentado en un total de 36 partidos oficiales.
Cada uno de estos encuentros atrajo la atención de todos, en donde Messi obtuvo la victoria en 16 ocasiones, mientras que Ronaldo lo ha hecho en 11. Esta paternidad tiene el agregado de que Leo hizo 22 goles en dichos compromisos, uno más que el actual hombre del Al Nassr. Sin dudas, la final de Roma marcó el camino para una superioridad que siempre se mantuvo.
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