Por Ramiro Diaz
El vestuario de Boca Juniors, lejos de ser un templo de camaradería, parece haberse convertido en un campo minado. Las recientes declaraciones de Alexis Mac Allister, sumadas a los conflictos de Agustín Almendra, Valentín Barco, Nicolás Valentini y Cristian Medina, pintan un panorama preocupante: un club donde las promesas se marchan entre reproches y acusaciones.
Mac Allister, campeón del mundo y figura del Liverpool, no se guardó nada. "Sentí que no me valoraban, no me sentía importante o no me querían, sólo querían un poco más de plata", disparó el volante, recordando su salida del Xeneize. Sus palabras, cargadas de frustración, apuntan directamente a la dirigencia y a Juan Román Riquelme, con quien mantuvo tensas conversaciones.
El detonante, según Mac Allister, fue la poca continuidad que tenía en el club. "Cuando me llamó Riquelme estaba enojado por algunas cosas, me comunica que mi papá había hablado mucho y quería hacer el nexo entre los ingleses y Boca, que dicho sea de paso tuvo la chance de comprarme y no quiso. Brigthon había puesto la plata y confió en mí", agregó.
Pero Mac Allister no es el único que se fue de Boca con un sabor amargo. Agustín Almendra, otro talento surgido de las inferiores, se marchó tras una pelea con Sebastián Battaglia en pleno entrenamiento, y en medio de un conflicto con el Consejo de Fútbol. "Aunque esta despedida no es como esperaba, lamentablemente no tuve otra opción debido a varias ofertas que fueron rechazadas por el club", escribió en un posteo de despedida, dejando entrever que su salida no fue de mutuo acuerdo.
El caso de Valentín Barco es aún más reciente. El juvenil, que ejecutó su cláusula de rescisión tras conflictos con la directiva, se marchó dejando un vacío en el lateral izquierdo y una sensación de oportunidad perdida. Su salida, al igual que la de Almendra, generó un gran revuelo entre los hinchas, que veían en él un futuro referente del equipo.
Y los últimos en sumarse a la lista de desencantados son Nicolás Valentini y Cristian Medina. Ambos jugadores, que también le pegaron a la dirigencia tras despedirse en redes sociales, dejaron en claro que su salida no fue en los mejores términos.
Valentini, que tenía contrato hasta diciembre y no aceptó la propuesta de renovación del Xeneize hace unos meses, fue colgado por el club. Medina, que tiene contrato hasta diciembre de 2027, decidió que no iba a volver a jugar hasta que no aceptaran la oferta de Fenerbahce. Luego, afirmó que actuó "en caliente".
Estos casos, sumados a las declaraciones de Mac Allister, ponen en evidencia una preocupante tendencia en Boca Juniors: la fuga de talentos jóvenes en medio de conflictos y acusaciones. ¿Qué está pasando en el club de la Ribera? ¿Por qué los jugadores se sienten desvalorizados? ¿Qué papel juega la dirigencia en estas salidas?
Las respuestas a estas preguntas son clave para entender el presente y el futuro de Boca Juniors. El club necesita recuperar la confianza de sus jóvenes talentos y construir un proyecto deportivo sólido y ambicioso. De lo contrario, la fuga de promesas podría convertirse en una constante, dejando al equipo sin su materia prima más valiosa.
23/02/2025
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