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No va más: los cinco hechos que confirman el ciclo cumplido de Gago en Boca

La revancha contra Alianza Lima fue la gota que rebalsó el vaso

Por Martin Fernandez

Gago tiene las horas contadas en Boca (PBJ)
Gago tiene las horas contadas en Boca (PBJ)
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La temprana eliminación de Boca Juniors en la Fase 2 de la Copa Libertadores no solo representa un golpe histórico para el club, sino que también deja expuesta la falta de rumbo del equipo dirigido por Fernando Gago. En un ciclo que nunca terminó de consolidarse, el Xeneize quedó afuera ante un rival que, en los papeles, era inferior, pero que supo aprovechar las carencias de un Boca sin identidad, sin funcionamiento y sin respuestas en los momentos decisivos.

Un equipo sin identidad y sin rumbo

A lo largo de su ciclo, Fernando Gago no logró imprimirle una identidad clara a su equipo. Sobran los dedos de una mano para contar los partidos en los que Boca dejó una buena impresión futbolística. Ni en la Copa de la Liga, ni en la Copa Argentina, ni en la Libertadores, el equipo tuvo solidez ni regularidad.

Bajo su conducción, Boca:

No pudo imponerse ante rivales menores, sufriendo en partidos que en otra época hubieran sido accesibles.

No ganó ninguno de los dos clásicos que jugó, empatando con Independiente y perdiendo con Racing.

Fue eliminado en la Fase 2 de la Copa Libertadores, un golpe sin precedentes para el club.

El resultado fue la falta de confianza en el entrenador y la sensación de que Boca nunca supo a qué jugar bajo su mando.

Una eliminación que marca el futuro de Gago

Algunas derrotas quedan en la historia de un entrenador. Y para Fernando Gago, esta eliminación ante Alianza Lima puede ser el punto final de su ciclo en Boca.

Desde la forma en la que Boca afrontó el partido hasta la desorganización táctica que se vio en la cancha, todo parece indicar que su proyecto está desgastado. Incluso en la tanda de penales, cuando el equipo debía mostrar templanza, el DT parecía resignado, con la mirada perdida y sin transmitir confianza a sus jugadores.

No es casualidad que, minutos después de la eliminación, en redes sociales y en los alrededores de La Bombonera, el hincha de Boca ya diera por terminado el ciclo Gago.

Gago en los penales: un símbolo de la derrota

En los momentos más importantes, los equipos miran a su entrenador en busca de seguridad y liderazgo. Pero en la tanda de penales, Gago fue todo lo contrario.

Se lo vio sentado en el banco de suplentes, mirando al suelo, con los brazos cruzados y con una expresión que transmitía más nerviosismo que confianza.

Mientras los jugadores se preparaban para patear, el DT no dio indicaciones, no alentó, no mostró reacción alguna.

Su lenguaje corporal reflejó lo que pasaría segundos después: Boca quedó eliminado.

La imagen de Gago abatido en los penales es una de las postales que quedará de esta eliminación. Así no se puede ver a un entrenador de Boca, un equipo que siempre necesita un líder firme en los momentos difíciles.

El papelón del cambio de arquero

Si hubo una decisión que reflejó la improvisación absoluta, fue el cambio de arquero antes de los penales.

Cuando el árbitro pitó el final del partido, Marchesín caminó hacia el banco de suplentes sin entender lo que ocurría. De repente, Fernando Gago decidió sacarlo y poner a Leandro Brey.

Ni Muñoz (entrenador de arqueros), ni Coloccini (ayudante de campo), ni Marcos Rojo entendían la decisión.

Brey, hasta segundos antes, estaba sentado sobre una conservadora, sin estar mentalizado para entrar en el partido.

Cuando le preguntaron a Gago por la decisión, su explicación fue poco convincente: “Brey está más acostumbrado al análisis de los penales”.

Pero el resultado fue un desastre: Brey no atajó ningún penal y Boca quedó eliminado.

Una decisión que quedará en la historia como una de las más improvisadas y polémicas en la historia del club.

Una conferencia de prensa que aumentó el enojo de los hinchas

Si el partido y la eliminación ya habían dejado un clima de tensión, la conferencia de prensa de Gago no hizo más que profundizar el enojo.

Cuando le preguntaron por la eliminación, su respuesta fue:

"Hay que estar convencidos que en el fútbol, generalmente, se pierde. Esto es una cuestión lógica, muy pocos equipos ganan a lo largo del año. Nosotros trabajamos para ganar. Hay que seguir intentándolo".

Si bien su frase es cierta desde lo estadístico, es todo lo contrario a lo que los hinchas de Boca querían escuchar. Boca no es un club que acepte la derrota como algo "lógico". Boca exige ganar.

Decir algo así después de quedar eliminado en Fase 2 y dejar al club sin competencia internacional fue un error de comunicación grave.

Un Boca sin Libertadores y sin rumbo

La eliminación no solo es un golpe deportivo, sino también económico y estructural:

Boca dejó de percibir millones de dólares por su participación en la Libertadores.

Quedó sin torneos internacionales hasta mitad de año, cuando juegue el Mundial de Clubes.

La imagen del equipo quedó golpeada, con un DT sin respaldo y un plantel con dudas sobre su futuro.

Con la presión de los hinchas y una crisis futbolística evidente, el ciclo de Gago en Boca parece haber llegado a su final. Solo resta saber cuándo se tomará la decisión definitiva.


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