Liga Profesional

Traicionó a Boca, se marchó gratis a Europa y ahora desapareció del mapa

Era una de las máximas promesas del club, pero su egoísmo lo cegó. La jugada le salió mal y está en un club casi desconocido. 

Por Andres Fuentes

Era una de las máximas promesas del club, pero su egoísmo lo cegó. La jugada le salió mal y está en un club casi desconocido. 
Era una de las máximas promesas del club, pero su egoísmo lo cegó. La jugada le salió mal y está en un club casi desconocido. 

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Boca Juniors siempre fue un club que históricamente no formaba jugadores, sino que salía al mercado en busca de la figura del momento. Sin embargo, en el último lustro comenzó a mirar más para adentro y por ende, le dio más lugar a los juveniles, sobre todo desde la llegada de Juan Román Riquelme a la vicepresidencia a fines del 2019. Desde su mandato con Jorge Ameal debutaron 33 futbolistas formados en las divisiones inferiores, muchos de ellos determinantes.

Tales son los casos de Rodrigo Betancur, Agustín Almendra, Leandro Balerdi, Nicolás Capaldo o Sebastián Palacios. Pero más cercano a este tiempo la calidad de ellos mejoró, al igual que la cantidad. Alan Varela, Cristian Medina, Exequiel Zeballos, Luca Langoni, Agustín Sández y muchos más ya son parte realmente importante en la plantilla que comanda Hugo Benjamín Ibarra, quienes vienen de ser campeones de la última Liga Profesional. Sin embargo, hubo alguien que se perdió todo eso.

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Ese es el caso de Santiago Ramos Mingo, quien era junto a Balerdi el defensor central con más proyección de Boca en el 2020. Curiosamente, decidió no renovar el contrato que lo unía al Xeneize y se marchó con el pase en su poder al Barcelona, quien le realizó un vínculo por 18 meses. Primeramente lo envió el equipo filial, el Barcelona B. Jugó bastante en ese sitio e incluso entrenó con el primer equipo, pero nunca logró asentarse e inesperadamente, Bartomeu le marcó la salida.

De jugar en Boca y Barcelona, a un ignoto equipo

SI bien coqueteó con River, quien tenía un hueco en la defensa central y se fijó en él, finalmente decidió seguir su carrera en el Viejo Continente, pero pagando el precio de empezar totalmente de cero. Lo fichó el Oud-Heverlee Leuven, de la liga de Bélgica. Este club está en primera división, pero siempre pelea por la permanencia y trata permanentemente de no descender. La plantilla está conformada por muchos jóvenes y no aspiran a grandes cosas. Karma en estado puro.


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