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Era el nuevo Palermo, fracasó en Boca y ahora se gana la vida vendiendo café

En un giro inesperado de la vida, esta gloria que no supo rendir en el Xeneize se las rebusca en otro mercado.

Por Andres Fuentes

Un Palermo que no pudo ser.

En la historia de Boca Juniors han pasado varios jugadores de un renombre bastante importante, que generaron en los fanáticos de la institución una ilusión enorme. Mientras muchos de ellos cumplieron con creces su papel en este equipo, otros tantos debieron marcharse casi en silencio por no haber colmado las expectativas que generó su arribo.

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En ese marco, una figura en particular rompió el mercado de pases en aquel momento, sobre todo por su lugar de procedencia y siendo el primero en Argentina. No obstante y pese a las grandes esperanzas, apenas logró anotar un tanto y se despidió para probar suerte en Europa. En el Viejo Continente las cosas mejoraron para él y su nivel le permitió jugar el Mundial de Alemania 2006. Apostá en Betsson a los partidos de las mejores ligas internacionales y duplica tu saldo hasta 50.000 pesos en tu primer depósito.

Nos referimos a Naohiro Takahara, quien jugó en el Xeneize durante la temporada 2001. El nipón acumuló siete actuaciones y se despidió, aunque 21 años más tarde todavía tiene un gran recuerdo pese al corto tiempo que estuvo en el país. Solamente hizo el sexto tanto en el triunfo por 6 a 1 ante Lanús en la Bombonera, pero debió irse sin pena ni gloria. No pudo jamás hacer olvidar a Martín Palermo, quien se marchó meses atrás y creían que con su compra podrían olvidarlo.

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El giro radical en la vida de Naohiro Takahara, el único japonés en la historia de Boca

A sus jóvenes 45 años todavía es futbolista profesional. Es que durante 2018 creó el club Okinawa SV y no solamente lo dirige, sino que también participa de los partidos. La camiseta lleva los colores de Boca Juniors en un lindo homenaje y además, es dueño de la marca ‘Coffe Farm’, un negocio de café instantáneo en donde también trabajan los jugadores del Okinawa y es el patrocinador de la camiseta, pero también atiende como si fuera uno más.

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