Argentina no estuvo muy lúcida, ni clara y tuvo varias flaquezas

¿Cómo están, cómo les va, cómo andan? Aquí estamos para analizar lo que fue la victoria de Argentina frente a Canadá en el inicio de la Copa América. Una selección argentina que pudo haber goleado, aunque el resultado no hubiera reflejado exactamente lo que pasó en el campo de juego. Argentina se encontró en un momento determinado del encuentro con muchas facilidades, y el arquero Crepeau terminó siendo la gran figura para impedir lo que hubiera sido tal vez una goleada histórica si Argentina ganaba 4-0 o 5-0.

No estaría mal, aunque raro lo que les voy a decir, no hubiese reflejado lo que el partido mostró, ¿Se entiende? El partido encontró a una Argentina con alguna dificultad en el primer tiempo, que logra abrir los espacios con el gol de Julián Álvarez en el inicio del segundo tiempo. A partir de allí, aparecen un montón de espacios, por eso Argentina tuvo tantas facilidades y tantas posibilidades. Un conjunto canadiense que marcaba muy mal y que, encima, urgido y necesitado en busca del empate, empezó a marcar mano a mano en el fondo, incluso quedando muy mal parado. No te puede pasar como equipo profesional, seleccionado jugando la Copa América, que el arquero saque y lo deje a Messi mano a mano con el arquero rival.

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Eso marca lo mal que se paraba en el fondo el conjunto canadiense, sobre todo, insisto, en el segundo tiempo cuando necesitaba ir a buscar el empate. Argentina, ni bien arrancó el segundo tiempo, encuentra un muy buen pase de Messi, una habilitación estupenda para Mac Allister, cuyo pase chocó con el arquero y la definición del futbolista atacante del Manchester City, que arrancó como titular, ganándole la pulseada a Lautaro Martínez.

En el primer tiempo, Argentina no estuvo muy lúcida, no estuvo clara, tuvo dificultades, tuvo flaquezas, aunque también tuvo muchas situaciones de gol, como la de Julián Álvarez, la de Di María, una en la que De Paul marca muy bien el pase y aparece libre picando al vacío desde la mitad de la cancha, otra de Acuña por la izquierda que cierra justo el defensor cuando parecía que la podía empujar Messi. O sea que Argentina pudo haber abierto la cuenta, sí, pero también Martínez, arquero de la selección nacional, impidió un cabezazo claro de Eustaquio y luego Alphonso Davies le pegó apenas desviado, enganchando para su pierna menos hábil.

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Dicho sea de paso, en el primer tiempo hubo una buena faena del lateral izquierdo del Bayern Múnich, que bajó considerablemente su rendimiento en el segundo tiempo. Argentina salió a jugar con Lisandro Martínez por Otamendi, con Acuña por Tagliafico, con Paredes por Enzo Fernández, y como les conté, con Julián Álvarez en lugar de Lautaro Martínez. Muchos cambios para un equipo que salía a buscar la victoria y terminar con el maleficio. Ustedes dirán, ¿Qué maleficio, Martín, si viene de ser campeón de América, si viene de ser campeón del mundo, si viene de ganar la Finalíssima?

El maleficio era que, en los tres torneos anteriores en los cuales Scaloni fue el entrenador del seleccionado nacional, Argentina no había podido ganar: había perdido en la Copa América de Brasil 2019 contra Colombia 2-0, había empatado en la Copa América del 2021 en Brasil contra Chile 1-1, y había perdido contra Arabia Saudita en el arranque del Mundial de Qatar en el hermosísimo Estadio de Lusail, donde, paradoja del destino, un mes después se iba a consagrar campeona del mundo. Logró terminar con esa racha negativa que tenía Scaloni como entrenador de la selección nacional, y Argentina se posiciona como, lo vengo diciendo hace tiempo, el gran y máximo favorito, por no decir el único, que tiene la Copa América.

Cuando en el Futbolero hacíamos una conexión con varios colegas y opinando de las diferentes elecciones, yo les dije que para mí sería una gran desilusión y un gran fracaso que Argentina no gane la copa. La credencial es muy larga y molesta. La desilusión sería que Argentina no gane la copa, no que no la gane Brasil, que es un Brasil flojísimo con respecto a la historia. Argentina mostró hoy que, aún no jugando del todo bien, te genera 10 situaciones de gol, que Messi de repente frota la lámpara, lo deja solo a Mac Allister para el gol de Julián, o que Messi de repente, cuando parecía todo que iba a ir por afuera con De Paul, lo ve a Lautaro Martínez y lo deja cara a cara con el segundo gol argentino.

Pudo haber marcado alguno más, sí, en esa que les contaba, el pelotazo largo de Martínez y Messi desparrama al arquero, desparrama al defensor, y cuando la pica la pelota, da en la espalda del zaguero central. Argentina gana, que era lo que debía ser, con una actuación sólida, aunque con algunas dificultades defensivas.

A mi gusto, Lautaro Martínez y Acuña no trabajaron tan bien, creo que no se conocen, no sé cuántos partidos habrán jugado juntos desde el arranque, Acuña como lateral izquierdo y Lisandro Martínez como segundo central, y hubo facilidades por ahí también. Davies, en el primer tiempo, lo tuvo muy complicado, Nahuel Molina, cosas para corregir, cosas para mejorar, aunque no creo que Chile, el Chile de Gareca, al que respeto muchísimo, esté muy por encima de este Canadá que, en el primer tiempo, le jugó de tú a tú a Argentina.

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Ahora vendrá a Chile en New Jersey y luego llegará el turno de Perú en la ciudad de Miami para terminar la primera ronda y soñar claramente con los cuartos de final, con la semifinal en Nueva York otra vez o en New Jersey, y para el partido final que está previsto en el Hard Rock Stadium de Miami el 14 de Julio, donde yo creo que sería muy raro que Argentina no esté.

Pero el fútbol es fútbol, los partidos son partidos, hay que jugarlos. Te toca una semifinal con Colombia, te toca una semifinal con Brasil, te toca una semifinal con Uruguay, y el camino puede quedar trunco. Claramente, Argentina hizo un buen debut en la Copa América, con cosas para corregir pero generando muchas situaciones de riesgo, y quiero decir algo más: Argentina hoy hizo fácil y ganó un partido que, en otra época, no hubiese ganado, y para mí esa es