Por Ramiro Diaz
Lionel Scaloni dijo que su ciclo en el seleccionado argentino pudo haberse terminado: “Estuve cerca de irme porque no estaba bien y lo mejor cuando uno no está bien es decirlo”, comentó en primer lugar. Y siguió: “Si te parás a pensar, creo que la cabeza te puede jugar una mala pasada. El año pasado, después de Brasil hubo un momento en el que no estaba bien conmigo mismo, no estaba cómodo. Se me venían algunos miedos que no tenía, después teníamos que volver a competir, teníamos las Eliminatorias para el mundial”.
Y luego agregó: “No sé distinguirlo, me hubiera gustado hablarlo con alguien, incluso mi esposa me dijo. Me lo guardé para mí, dije que tenía que pensar porque lo sentía, no estaba al 100%, no estaba cómodo y necesitaba hacer una reflexión porque había sido muy pesado lo que había pasado y a lo mejor lo empecé a asimilar”.
Además reveló que lo hizo pensar: “Eso también puede ser que te genere una cierta ansiedad, yo lo hablo mucho con el cuerpo técnico y mi familia, si te parás a pensar ya logramos a nivel de títulos algo impensado y eso nos hace pensar qué viene ahora. Tu cabeza puede preguntarse qué sería más y creo que pararse a pensar en esto no me ayuda, fue ahí cuando dije que iba a parar la pelota y pensar”.
Lionel Scaloni, un nombre que resonó con fuerza en el corazón de cada argentino en los últimos años, se ha convertido en una figura emblemática del fútbol nacional. Su llegada a la Selección Argentina, en un momento de incertidumbre y renovación, marcó un antes y un después en la historia de la Albiceleste.
Un liderazgo inesperado
Scaloni, un exfutbolista con una carrera discreta, asumió el mando de la Selección Argentina en un momento crítico. Su designación, vista por muchos como provisional, resultó ser una de las decisiones más acertadas en la historia reciente del fútbol argentino. Con un perfil bajo y una personalidad tranquila, Scaloni logró imponer su autoridad y forjar un equipo sólido y unido.
Un nuevo proyecto
Desde el primer momento, Scaloni dejó en claro su visión para la Selección Argentina: un equipo competitivo, protagonista y con una identidad propia. Impulsó la renovación generacional, incorporando jóvenes talentos como Julián Álvarez, Enzo Fernández y Alejandro Garnacho, y consolidando a figuras experimentadas como Lionel Messi y Ángel Di María. Su propuesta de juego, basada en la posesión del balón, la presión alta y el juego asociado, se adaptó perfectamente a las características de los jugadores argentinos.
La consagración en Qatar
El punto culminante de la era Scaloni llegó en Qatar 2022, donde la Selección Argentina conquistó su tercera Copa del Mundo. Tras una campaña emocionante, llena de altibajos, la Albiceleste se impuso en la final a Francia en una definición por penales que quedará marcada para siempre en la memoria de los argentinos. Scaloni, con su calma y su capacidad para transmitir tranquilidad al equipo, fue una pieza clave en este histórico logro.
Más allá del título mundial
Más allá del título mundial, el legado de Scaloni trasciende los resultados deportivos. El entrenador rosarino ha logrado devolverle a la Selección Argentina la pasión y el orgullo de un pueblo. Ha generado una conexión especial con los jugadores, quienes lo consideran no solo un entrenador, sino también un amigo y un líder. Además, ha sabido transmitir los valores del fútbol argentino: la garra, la pasión y el juego limpio.
Un futuro prometedor
Con la Copa del Mundo en sus vitrinas, Scaloni tiene por delante un futuro prometedor. Su contrato con la AFA se extiende hasta 2026, lo que le permitirá continuar trabajando en el proyecto que inició hace algunos años. Los desafíos serán muchos, pero el entrenador argentino ha demostrado tener la capacidad para enfrentarlos con éxito.
En definitiva, Lionel Scaloni se ha convertido en una figura fundamental para el fútbol argentino. Su liderazgo, su visión y su capacidad para conectar con los jugadores lo han llevado a construir un equipo ganador y a devolverle a la Selección Argentina la alegría de un pueblo. Scaloni ha escrito una página dorada en la historia del fútbol argentino y su nombre quedará grabado por siempre en el corazón de los hinchas.
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