Boca Juniors

De jugar en las inferiores de Boca y entrenar con Riquelme, a terminar en un desconocido equipo

Se crió futbolísticamente en Boca y ahora está en una liga poco convencional

Por Martin Fernandez

Estuvo en las inferiores de Boca y hoy esta en una exotica liga (Planeta Boca)
Estuvo en las inferiores de Boca y hoy esta en una exotica liga (Planeta Boca)
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Llegar a la Primera de Boca es el sueño de muchos futbolistas. Sin embargo, no todos logran cumplir ese objetivo en el club de la Ribera. Aun así, la formación que reciben en las inferiores les abre las puertas para continuar su carrera profesional en otros equipos, ya sea en Argentina o en ligas exóticas. Ese fue el caso de Marcos Zappacosta, un arquero surgido en Boca que hoy defiende los colores del St Joseph’s de Gibraltar, un destino poco habitual para futbolistas argentinos.

De entrenar con ídolos a jugar en una liga poco convencional

Zappacosta comenzó su camino en Boca y tuvo la oportunidad de compartir entrenamientos con Juan Román Riquelme y Fernando Gago durante el tercer ciclo de Carlos Bianchi como entrenador. Para un joven arquero, vivir esa experiencia fue impactante.

"Yo los veía en la tele y, de repente, estaba entrenando con ellos. Esas son cosas que solo un club como Boca te puede dar", recordó en una charla con Diario Olé. Además, valoró la exigencia de la institución: "Boca no solo te formaba como futbolista, sino también como persona. Aprendías a mantenerte al 100% todo el tiempo".

Sin embargo, como sucede con muchos juveniles, al llegar a la edad de dar el salto a Primera quedó libre. Su camino siguió en el ascenso argentino, pasando por Sportivo Italiano, y más tarde encontró una oportunidad en Gibraltar, una pequeña península británica de apenas 6,8 kilómetros cuadrados. Allí jugó en clubes como Mons Calpe, Glacis United, Europa FC y Bruno’s Magpies, hasta llegar a su actual equipo, St Joseph’s.

¿Cómo es jugar en la liga de Gibraltar?

Aunque no es de las ligas más conocidas en Europa, el fútbol de Gibraltar ha crecido desde que fue reconocido por la UEFA en 2013. El campeón de la liga obtiene un boleto para disputar la fase previa de la Champions League, mientras que el segundo y el tercero acceden a la clasificación de la Conference League.

Zappacosta explicó cómo es la competencia en su nuevo destino:

"En mi club actual entrenamos diez días seguidos sin descanso por los partidos. Acá no te podés relajar porque los equipos más chicos siempre dejan todo para ganarte".

La liga cuenta con un alto porcentaje de jugadores extranjeros, por lo que el nivel es más exigente de lo que muchos imaginan. Además, las diferencias entre los equipos más fuertes y los más débiles hacen que cada partido sea una batalla táctica.

Su otra gran pasión: el coaching deportivo

Más allá del fútbol, Zappacosta encontró una vocación fuera de las canchas. A lo largo de los años, se capacitó y se recibió de coach, especializándose en motivación y desarrollo personal, con un enfoque particular en el deporte.

"Me recibí de coach y quiero aplicar lo que aprendí en el fútbol y la vida para ayudar a deportistas, especialmente a arqueros", comentó. Esta disciplina, que tiene puntos en común con la psicología deportiva, apunta a potenciar el rendimiento de los jugadores a través de herramientas mentales y emocionales.

"Trato de inculcar disciplina y compromiso a los más jóvenes", agregó Zappacosta, quien usa su experiencia en Boca como base para formar a las nuevas generaciones.

El presente y el futuro de un arquero que se la paso viajando

Hoy, Zappacosta continúa atajando en Gibraltar mientras combina su carrera con el coaching deportivo. Además, destacó que intenta generar un buen ambiente en el plantel y aplicar lo aprendido en su paso por el fútbol argentino.

"Me gusta que el equipo funcione como un grupo unido y no solo como compañeros de trabajo. Ellos también hacen un esfuerzo enorme. No tienen la formación profesional que uno tuvo en Argentina, pero lo compensan con ganas y compromiso", explicó.

Con un camino poco habitual, Marcos Zappacosta logró reinventarse sin alejarse del fútbol, combinando su pasión por el arco con una nueva faceta en la que busca ayudar a otros. Una historia que demuestra que, aunque no todos llegan a consolidarse en la élite, el fútbol siempre puede abrir nuevas oportunidades.


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